La villa de Comillas es una de las localidades más emblemáticas de Cantabria y una de las más interesantes desde el punto de vista arquitectónico.
Cuenta con algunos de los edificios más importantes del modernismo en Cantabria, como el Palacio de Sobrellano y su Capilla Panteón, la Universidad Pontificia y por supuesto, El Capricho del genial arquitecto catalán Gaudí.
Destaca su hermosa playa, que todos los veranos atrae a miles de turistas o lugares tan representativos como la Plaza del Corro junto a la iglesia.
En el municipio de Comillas encontrara una amplia y variada oferta de alojamientos (hoteles, apartamentos, casas rurales, camping) donde conjugar actividad y descanso en uno de los destinos turísticos por excelencia de Cantabria.
Comillas les brinda la oportunidad de gozar de todo tipo de actividades al aire libre y un animado ambiente nocturno en época estival.
La Cueva El Soplao fue descubierta a principios del siglo XX con motivo de la explotación de La Florida y está considerada una de las maravillas de la geología mundial, atesorando un paraíso de excéntricas estalactitas, estalagmitas, coladas, columnas, perlas de las cavernas, etc.
La cueva es única e irrepetible; una referencia para la espeleología mundial, y ha sido bautizada como la “Capilla Sixtina” del mundo subterráneo, por su grandiosidad, disposición y conservación.
A su alto valor medioambiental hay que sumar su gran valor estético, que está representado por una gran diversidad de formaciones excéntricas. Estas formaciones naturales, si bien se encuentran en otras cavidades, ninguna supera la abundancia, belleza y espectacularidad de ésta.
La Cueva El Soplao está situada en un entorno natural de gran belleza, entre los municipios de Valdáliga, Herrerías y Rionansa. Es un antiguo paraje de explotación minera. A parte de la cueva, el visitante podrá disfrutar de un entorno de gran valor naturalístico con hermosos bosques, variada fauna, restos de arqueología minera, zonas kársticas, etc, así como unas extraordinarias vistas al mar Cantábrico: Comillas, Oyambre, San Vicente de la Barquera, Picos de Europa, Peña Sagra, sierra del Cordel y Peñalabra, y a las vecinas poblaciones asturianas de Peña Mellera Baja, la Sierra del Cuera y Rivadedeva.
El Museo de Altamira junto a la cueva original, se encuentran ambos a 2 km de distancia del centro urbano de Santillana del Mar en Cantabria.
Fue en 1868 y 1879 cuando se encontraron grabados del Homo Sapiens, correspondientes al Paleolítico Superior Magdaleniense y un número más reducido del Solutrense, en la conocida Cueva de Altamira, pero debido al deterioro de las mismas, se restringió el acceso, y se construyó, junto a la cueva original, las nuevas instalaciones del Museo de Altamira y la Neocueva, réplica fidedigna y minuciosa de la original.
Pertenecen al solutrense, pinturas en rojo monocromas que representan caballos, una cabra, manos en negativo, y otras sin identificar. Se atribuye al magdaleniense, hace 14500 años aproximadamente, el resto de pinturas del Techo de los Polícromos: una manada de bisontes, una cierva, caballos, un posible jabalí y otros signos sin clara identificación por el momento. En la galería más alejada y estrecha, se encuentran los caballos, ciervos, bisontes y figuras abstractas “tectiformes” de la Cola de Caballo.
La creación de una escena integrando varias figuras, el uso de relieves propios de la cueva para generar volúmenes y la perfección en la técnica del grabado, que consigue claroscuros con sólo dos pigmentos, el negro del carbón vegetal y el rojo de óxidos, hacen única esta cueva
El Parque de la Naturaleza de Cabárceno no es un zoólogico convencional ni un Parque Natural. Es un espacio naturalizado por la mano del hombre, a partir de la belleza primitiva de su paisaje kárstico, sobre las 750 Has. de una antigua explotación minera a cielo abierto.
El Parque de la Naturaleza de Cabárceno acoge a un centenar de especies animales de los cinco continentes en régimen de semilibertad, que se distribuyen en recintos de grandes superficies donde coexisten una o varias especies.
En el Parque de la Naturaleza de Cabárceno la vida se desarrolla en el ambiente más natural posible para los animales que lo habitan. Salvo la alimentación que se les facilita, el resto de las actividades están marcadas por su casi total libertad e instinto. Prácticamente todos ellos desencadenan peleas y luchas en época de celo por el control de las hembras y desde luego, salvo el instinto de supervivencia, el resto de sus sentidos son tan salvajes como en su hábitat natural.
En la actualidad por su enorme calidad, las instalaciones del Parque de la Naturaleza de Cabárceno están entre las mejor valoradas por los organismos que vigilan las condiciones de vida de los animales.
El Parque de la Naturaleza de Cabárceno está concebido con fines educativos, culturales, científicos y recreativos, habiéndose convertido en uno de los mayores atractivos turísticos del norte de España.
Los más de 20 Km. de carreteras que surcan el parque nos conducirán a los diferentes recintos a través de maravillosos desfiladeros, apacibles lagos y sugerentes figuras rocosas. Además por todo el parque existen numerosas zonas de aparcamiento y sendas que nos permiten descubrir rincones de gran belleza.
El Parque Nacional de los Picos de Europa se creó en 1918 como Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, siendo el primer Parque Nacional de España. En 1995 se amplió a los tres macizos que constituyen los Picos de Europa cambiando el primitivo nombre por el actual.
Sus 65.000 Ha. lo convierten en uno de los mayores espacios protegidos del Estado, abarcando terrenos que administrativamente pertenecen a tres comunidades autónomas: Asturias, Cantabria y Castilla-León.
Respondiendo a la filosofía de los Parques Nacionales, éste es un exponente de los ecosistemas de alta montaña y bosque atlántico sobre una geología dominada por la actividad kárstica. En el Parque se pueden encontrar especies vegetales y animales de gran interés: hayedos y bosques mixtos, praderías de alta montaña con plantas exóticas y endémicas (matalobos, digital enana, lirios alpinos, etc.), águila real, alimoche, lobos, nutrias, rebecos, etc.
Así mismo, el espacio es un exponente de la cultura tradicional ligada al pastoreo y a la elaboración del queso. El paisaje se encuentra modelado por el hombre en forma de majadas (agrupaciones de cabañas) y vegas, dejándose notar también su presencia en la abundancia de animales domésticos (vacas, cabras y ovejas) que constituyen la rica cabaña ganadera local y la base de elaboración de los apreciados quesos locales (Gamonéu, Cabrales, Tresviso...).
Brañavieja y la zona de la Calgosa se caracterizan por tener amplias zonas de brezales y piornales y, sobre todo, de pastizales de verano, en los que se alimenta una importante cabaña ganadera caballar y de vacuno con destino cárnico. Destaca el valor natural de los bosques en los que destacan los abedules, las hayas y algunos rodales de acebos y tejos de alto valor.
Una de las excursiones recomendadas en esta zona es la ascensión hasta el collado de la Fuente del Chivo, a más de 2.000 de altitud, para disfrutar de las increíbles vistas a las que se alcanza desde el mirador. No obstante la belleza de esta panorámica es mejor aún desde un pequeño mirador que hay en la cumbre del Pico Tres Mares por una pista de aproximadamente un kilómetro de longitud.
Brañavieja es conocida, principalmente, desde la creación de la Estación de Esquí-Montaña de Alto Campoo, fecha a partir de la cual se han ido construyendo distintos refugios de montaña, urbanizaciones de apartamentos y otros edificios como hoteles, albergues, etc. Esto hace del pueblo una zona de marcado carácter turístico, especialmente en la temporada de esquí.
Santander es una ciudad en la que queda patente la mezcla de sus diferentes vocaciones, tradición marinera, comercial y turística. El origen de la ciudad se relaciona con el Portus Victoriae fundado por los romanos. Sin embargo, el desarrollo urbano de la capital no llegaría hasta el siglo XI, fecha en que comenzaría a crecer la villa al abrigo de la abadía de San Emeterio. De su nombre en latín, Sancti Emeterii, procede el actual topónimo de Santander.
Durante los siglos XVIII y XIX, la ciudad se convirtió en un puerto mercantil clave para las rutas marítimas entre Castilla y las colonias americanas. A partir de mediados del siglo XIX, Santander pasó a ser uno de los destinos turísticos veraniegos más selectos de la costa norte peninsular.
El Paseo de Pereda, con sus típicas casas de miradores, y sus jardines constituyen un exuberante bulevar que separa la franja costera del casco antiguo santanderino. La cercana Catedral es uno de los edificios más antiguos de la capital, siendo su primitiva construcción del siglo XIII. En su interior sobresale la tumba de Marcelino Menéndez Pelayo, obra del escultor Victorio Macho. Bajo el templo principal se conserva la cripta de El Cristo, sobrio recinto abovedado en el que se descubrieron diversos hallazgos de la época romana.
Frente a la catedral se levanta la Plaza Porticada, de estilo neoherreriano y rodeada de varios edificios públicos. Nos encontramos en plena encrucijada de animadas rúas (calles) comerciales como el Arrabal o el Cubo.
Una de estas calles conduce a la plaza del Generalísimo, sede del Ayuntamiento, colindante con el popular mercado de la Esperanza, de estilo modernista. La visita ha de continuar por el Museo de Bellas Artes y la Casa-Museo de Menéndez Pelayo, edificio declarado Conjunto Histórico-Artístico.
El Capricho es un edificio proyectado en 1883 por el arquitecto catalán Antoni Gaudí y construido bajo la dirección de su ayudante Cristòfor Cascante i Colom en la localidad cántabra de Comillas. Su nombre real es Villa Quijano, pero se le aplicó el nombre de Capricho por tratarse de un encargo de Máximo Díaz de Quijano, cuñado del Marqués de Comillas, que deseaba una residencia de verano de tipo oriental. Las obras se realizaron entre 1883 y 1885.
Situado en la población de Comillas (Cantabria, España) fue obra del arquitecto catalán Joan Martorell quien lo construyó por encargo del primer Marqués de Comillas, Don Antonio López y López, acabando las obras en el año 1888. Este grandioso edificio de estilo neogótico con ciertos aires venecianos es de planta rectangular y posee en el interior muebles de Antonio Gaudí y pinturas de Eduardo Llorens. En el exterior hay esculturas de Joan Roig. Junto al palacio se encuentra una hermosa capilla-panteón de corte también gótico perpendicular inglés y centroeuropeo con mobiliario de Gaudí y esculturas modernistas de Joan Roig, Josep Llimona, Venancio Vallmitjana y Agapit Vallmitjana.
Vista parcial del complejo en el que se aprecia el Seminario Mayor de la antigua universidad de Comillas diseñado por Lluís Domènech i Montaner. Actualmente el complejo es propiedad del Gobierno de Cantabria y sede de la Fundación Comillas.
El cementerio de Comillas se ubica en el lugar de una iglesia parroquial del siglo XV-XVI. El lugar fue abandonado tras un incidente en una misa en el que varios vecinos de Comillas se enfrentaron al administrador del duque del Infantado por la reserva que éste hacía de los asientos. Tras este enfrentamiento, el regidor de Comillas acordó construir otro templo, y este fue así abandonado. Así, el lugar pasó a ser utilizado únicamente como cementerio. Con el paso de los siglos requirió una ampliación, y en 1893 se encargó tal tarea al arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner, que estaba más que vinculado a Comillas, puesto que también llevó a cabo varios mausoleos en la Capilla del Palacio de Sobrellano, y la Fuente de los Tres Caños.
El Ángel Exterminador, también conocido como Ángel Guardián, es una escultura de Josep Llimona de estilo modernista, de 1895. Se alza sobre las ruinas de un antiguo cementerio que a su vez se construyó sobre los restos de una antigua iglesia del siglo XV en Comillas, municipio de Cantabria (España).